Voy a la Universidad, ómnibus con pocos asientos ocupados. Me aburro mientras leo unos apuntes de contabilidad. A la altura de Facultad de Medicina para el colectivo, sube gente, levanto la mirada y veo ascender a una mujer que contrasta con toda la naturaleza, de repente todo el mundo se pone en blanco y negro y ella sobresale a colores. Es rubia, ruego que solo se siente a mi lado, eso me bastaría, aunque en realidad quiero más. Se sienta a mi lado. Pienso como generar una situación en ese contexto. Es difícil. Me hago el de leer pero ya no puedo enfocar. Noto que ella intenta leer lo que llevo en las manos. En general me molesta esa actitud y la miro para ver que hace. Ella deja de mirar el apunte y me mira. Yo tengo la mirada clavada en esos faroles celestes increíbles. Me encandila su resplandecer. Me enloquece su belleza. Ella no me miró a los ojos más que una fracción de segundos y cambió abruptamente la mirada. Cagamos, le doy asco, pensé. “Y si, con esta cara que pretendés, papá!”. Me quedo perplejo, inmóvil. Que digo, que digo, que digo. Vivo un infierno interno. ¿Cómo puta se genera una situación con una desconocida en un ómnibus?. Que pelotudo, pienso, esto no se puede hacer. No existe ninguna posibilidad. ¿No existe?. Si existe. La única posibilidad es que ella me pregunte algo, me haga un guiño o intente mirar otra vez el apunte. Ahora, ¿como podría yo generar una pregunta de ella?. Eso si que no se puede. “Vamos boludo, hacé algo!!!”. “Pero, zapato, qué querés que haga!!!”. Semáforo en rojo, Entre Ríos y Crisóstomo Alvarez, el micro se detiene.
-¿Este llega hasta Marcos Paz?, dice ella. No me vi a la cara, pero como mínimo tenía llorosos los ojos, estoy seguro. Pensá rápido, contestá, pensá rápido, contestá, pensá rápido, contestá.
-Si, con un tono muy varonil y con mucha seguridad.
-Gracias, responde y yo me desmembraba en el asiento. Caíste mamita. Ahora es la mía. Dale boludo, ya te dio el pie, esta mina quiere garchar!!! NO!!! No te vayas de tema. Acordate que no es nada sexual lo que buscas. Solo una charla y por sobre todo evaluar hasta donde podes llegar. Completamente en off side, mitad por la sorpresa mitad por la alegría, no se me ocurre nada con que continuar la charla, claro, después de esto ¿con qué se puede seguir?. Pensá boludo!!!
Habia escuchado un acento extranjero así que creí que por ahí podría venir la mano, no analizo más la situación y largo:
-¿De donde sos?
-“suauassjsgrrrr asasg”
Uhhh, esta es nórdica, y claro, si parte el piso cuando camina, es bellísima, las escandinavas son hermosas y esta escandinava es un camión. Por fin todas esas horas de mitología nórdica sirven para algo!!! Viva Perón!!!. Aunque todavía tenía la duda de donde realmente era, por ahí existía la posibilidad que haya escuchado mal y me largue a hablar sobre Thor y el martillo, sobre el príncipe de los dioses Odín o peor aún saltando a hablar en defensa de Loki.
No, pensé, mejor corroboro.
-¿De donde?
-Santiago del Estero, dijo.
Lo único que me salió fue un tímido “Ahhh”.
¿Y ahora chacarron? ¿Qué hacemos? ¡Pensá, boludo, hacé algo!.
- mmmmmm, ¿Qué estudias?
- Biotecnología.
Boludo, esta mina me quiere volver loco, si existe algo sobre lo que no se nada de nada es sobre biotecnología. Que se puede decir después de esto. Como continuas una charla después de esto. Pensá, pensá, pensá. Biotecnología depende de medicina y todas las carreras que dependen de ella son muy complicadas, así la próxima pregunta estaba al caer.
-¿Y cómo te trata?
- Y bien, es muy complicado el sistema de parcialitos y evaluativos semanales pero hago lo que puedo, estoy cursando segundo año.
Con esto me truncaba por ese lado, pero atiné a deslizarme por la tangente.
- Yo me refería a como te trata la ciudad, se debe extrañar, dejar la familia, los amigos el novio debe ser complicado.
- No tengo novio. Y si, lo otro es complicado.
De esta manera ya tanteábamos que no tiene novio.
- En realidad toda carrera es complicada, además, a veces salís un finde y se pudre todo, ¿acostumbras a salir acá a bailar y esas cosas?
- No. Pasa que no tengo amigos.
Epa, pensé. Acá podría sacar un teléfono, un mail, aunque sea un facebook. Pero no importaba. Se había generado una charla de la nada con una total desconocida que hacía que revienten las baldosas cuando caminaba, algo muy lejos de mis capacidades levanteriles.
Su destino se acercaba y yo estaba lo más relajado, aunque me perseguía un temor de quedar sin tema, sin preguntas, temor a un boludo bloqueo a uno de esos silencios incómodos. En todo caso me chupaba un huevo.
- Bueno, acá me bajo, me dijo.
- Nos vemos y estiré el cuello, cual jirafa en busca de sus merecidas hojas.
La respuesta fue la esperada, el pago de la información administrada por este servidor fue un beso en la mejilla que nunca jamás olvidaré.
Algunas personas creen que la felicidad se consigue generando ilimitados ingresos económicos, yo fui feliz gracias a un exiguo beso. Después me olvidé.
El Infeliz de Bs. As.
Hace 9 años.